31 de octubre de 2015

Intuitu

Y en ese momento clave, todo cambia. Es como si despertaras accidentalmente de un sueño, te das cuenta que lo que había sucedido tiempo atrás se unía, se enlazaba como un rompecabezas. Comienzas a ver todo de otra forma, y en especial sus ojos, sus intenciones.. su mirada te conecta. Podes ir más allá y de hecho lo consigues.
Es un largo viaje, y te trasportas sin pasaje...
Ya no tienes claro que es lo que sientes, por qué todo pudo cambiar de un pequeño segundo al otro y te preguntas si ha caso siempre ocurrió.
Te detienes en cada acción, te apoderas de la observación, porque realmente te agrada esa sensación.
Aunque, da miedo, siempre da miedo a que pase de nuevo, esa maldita decepción... de la temible confusión, a esa delgada línea de transformación poco definida.
Y afloran los nervios, no sabes que hacer, ni para donde dirigirte.
Tan solo te escuchas, lo miras.. y sientes.
No sabes que puede pasar y que no, te aterra pero...ya no importa.
Te entregas, te desenvuelvas e intentas ser lo más sutil.. lo más libre y espontanea posible.
Se trata solo de sentir.
Sonreír y verlo sonreír.


Hoy toca soltarte la mano...

... con la que me agarraste fuerte a los seis. Sé que muchas veces lo dije, muchas veces quise sentirlo y siempre me costó asumirlo. Encontr...