26 de febrero de 2016

La nueva

¿No les pasa que antes de llegar a un lugar que no conocen, se preguntan qué pasará, con qué se encontraran, y se imaginan todo aquello en su máxima expresión?
Desde que llegué quería anotarme en una academia de comedia musical, (por si no se nota me gusta actuar, cantar y bailar) claro que si tuviste oportunidad de conocerme, aunque sea 1 minuto, seguramente lo sabes. Encontré una que me gustó mucho cerca de casa. Decidí tomar la iniciativa, y probar, ¿que perdía? Abrí Google Maps, y allí fui, sin saber cómo sería ni con qué me encontraría. Otra vez, vivir una nueva aventura, no ser conocida, en fin, la nueva. Que de hecho, es realmente extraño después de vivir en un pueblo en el cual, mayormente, todos te conocen e ir a un instituto de danza al cual fui prácticamente toda mi vida -y que me conozca hasta el sonidista del teatro-.
 Pero llegué, no me perdí por suerte. Ni bien entré, percibí un aroma artístico único, una sala de espera gigante, con enormes sillones y algunas bibliotecas. Detrás de una gran pantalla, había una mujer que parecía una recepcionista y me dio un papel de inscripción, esa sería mi entrada a uno de mis mayores sueños.
 Veía pasar mucha gente de todas las edades, y una puerta que se abría, se cerraba y se abría... Yo miraba de lejos, hasta que una mujer, supuse la directora del lugar, me dijo que la siguiera, que me tenía que presentar delante de mis nuevos compañeros... ¡Cuantos nervios!
 Pasamos por un pasillo y por un teatro muy grande (me quedé boquiabierta con tanta belleza) y luego otra puerta…
"Ella es la nueva, se llama Luciana…" dijo, mis ojos se trasladaron directamente hacia el piso, muchos rostros que codificar, no sabía a donde mirar. Momento incómodo. Varias miradas se encendieron como un reflector, y automáticamente, se dirigieron fijamente hacia mí. Caras desconocidas que pronto tomarían color. Ellos conversaban y cantaban con libertad, quería participar, pero no sabía que decir. Luego, cuando llegó el profesor, entramos a un salón lleno de espejos y dejamos nuestras mochilas en el suelo.
 Esa mujer apareció nuevamente y diciéndome dulcemente "Ven pequeña" me llevó frente al profesor, lo miré, me saludó al estilo clásico y escuché un "¿ya has hecho comedia musical?" y mi respuesta fue... "No, pero digamos que hice un poco de todo" -para no decirle que prácticamente toda mi vida había sido una comedia musical- "Bueno después nos contas entonces"... me dijo ¿Nos? -me pregunté-.
 Al comienzo, todos en grupos claro, y yo sola. Pero, pronto comenzó la clase, por suerte. Volví a presentarme y mencionar todas las actividades que había realizado hasta ahora, porque obviamente el profesor insistió, otra vez todos mirándome a mí. Luego de terminar, me di cuenta que habían sido muchas... (Danzas árabes, latinas, clásicas, contemporáneas, pop, canto particular y un seminario de teatro). –wow-
 En el trascurso de dos horas: un ejercicio teatral, dos, caminar en equilibrio recitando una frase de Shakespeare, improvisar y actuar, fue fácil, divertido y se pasó volando. En un momento se escuchó una parte de una canción que decía "Actuar, bailar, cantar me hace feliz" y sonreí, verdaderamente así lo era. Cuando me quise acordar, ya estábamos agarrando nuestras mochilas para dirigirnos a otro sitio, un salón acústico y así empezar la clase de canto. Otro profesor, otra vez presentarme, pero ésta vez más relajada.
 Empezamos a vocalizar, cerramos los ojos, y emitimos una melodía, unimos todas nuestras voces generando un gran coro, totalmente bello de escuchar, y en ese momento me olvidé de todo, me sentía feliz. Seguimos cantando, interpretando una frase que decía algo así como “Quizás, ésta vez tenga suerte, quizás ya no haya dolor, Quizás más que nunca, no duela el amor” Verdaderamente, escuchar el teclado y cantar, me llevó a otro lugar. Extrañaba esa sensación. Si también te gusta, calculo que entendes de lo que hablo...

 Pero se hizo la hora de irnos. Parece que es cierto, cuando uno la pasa bien, la hora vuela. Eran las 21, y me tenía que volver a casa. Ellos me saludaron, me dieron la bienvenida y así fue que, salí, pero a su vez... ingresé, a una de las cosas que amo y me apasionan. Gran camino por recorrer, tres años para aprender, formarme y crecer...

25 de febrero de 2016

Incandescencia

Acaso te has preguntado alguna vez que se te cruza por la cabeza al mirar a una persona que te interesa? Por qué no se puede explicar esa sensación con palabras? Por qué no podemos determinar las sensación que nos causa? Simplemente a modo de respuesta sonreímos.. pero, por qué luego la recordamos y permanece intacta, hasta la próxima visión claro, como pequeñas fotografías en nuestra memoria?

Conexión visual.


La forma en que me miras, en que siento todo sin apenas tocarte, ese poder inigualable de tus ojos, del encanto de tu mirada...
Tu sonrisa tan peculiar e instantánea, puedo quedármela? me la prestas? Es hermosa, de verdad.
Podría observarte mil segundos sin cansarme, obnubilada por tu belleza, tan poco etica y moral.
Fue un destello fugaz, simultaneo y muy natural.. acabábamos de conocernos, y nuestras miradas ya se habían cruzado, ellas nos invitaron.

Cuando pude apreciarte de más cerca, esa magia siguió intacta... mirarnos y automáticamente sonreírnos. Fue una de las cosas más lindas que conocí.


Hoy toca soltarte la mano...

... con la que me agarraste fuerte a los seis. Sé que muchas veces lo dije, muchas veces quise sentirlo y siempre me costó asumirlo. Encontr...