22 de septiembre de 2016

El mes que no me conocías






“-¡Pero qué extraño es! Decía en voz baja cada vez que lo miraba.
Quizás eso me llama la atención, sería interesante conocerlo,
¿Qué se cruzará por su mente?
Me decía una y otra vez al observarlo desde el asiento de clase.
Y así, mi mente divagaba todos los días desde que había comenzado la facultad, era increíble, ¿podía ser que estuviera en todas mis clases?
Siempre lo miraba de lejos y pensaba,
¿Qué pasaría si me acercara?
No encontraba motivos, no quería molestar. A veces se sentaba cerca mío, raro por cierto, pero me mantenía alerta aunque sin hablar. Mi amigo me jodía y se hacía el que lo llamaba para hacerme enojar.
Se vestía muy particular, su peinado era diferente a los demás. Me gustaba su estilo, tenía personalidad. Su buzo gris era mi favorito. El acostumbraba a usar MUCHO capucha. De ahí quedó su apodo. Lo llamaba chico capucha, claro solo entre mis amigos, para que lo distinguieran. Creo que los volví locos, parece que cuando se me mete algo en la cabeza, es difícil sacármelo.
Así pasaron los días y las semanas. Tratando de descubrir su verdadero nombre ocurrió algo muy gracioso. Me acuerdo que estábamos en una clase de fotografía y la profesora tomó lista como de costumbre. Obviamente, alerté a mis oídos, pero justo cuando lo dijo no escuché. Entonces, le pregunté a mi amigo que había dicho y muy seguro me contestó “Pablo”.  Sí, por unos días creí que así se llamaba, lo busqué por todos lados y no, no aparecía. No iba a rendirme.
Había algo que no me dejaba avanzar: Hermione (la chica que siempre estaba con él) no sabía si era o no su novia. Otra vez meterme en esa situación, no gracias. Una vez llegué y vi que él la estaba esperando, no pude ver bien como la saludó, también los veía muy juntos en clase o cuando se iban. Mi amiga me decía que se veían como amigos, pero no estaba segura. Ya lo iba a descubrir. Primero tenía que asegurarme.
Sin embargo, el destino me apuraba. Nos cruzamos en distintas oportunidades. Exactamente, tuvimos 3 intentos fallidos para conocernos. Recuerdo cada una de ellos como fotografías. En la primera, estábamos en la clase de producción, teníamos un listado del lado derecho e izquierdo de la pared con nuestros nombres, me acerqué a una lista y me confundí, cuando miré al costado estaba él con una lapicera y agh, casi pero no, no pude, me fui a sentar.
En la segunda, estaba en la escalera, miré hacia arriba y lo vi, me miró. Por primera vez, sentí que se había fijado en mí, pero miré para otro lado, claro, obvio que no iba a saber qué hace días estaba tratando de saber quién era.
Y en la tercera, habíamos salido todos de clase para tomarnos el colectivo en Plaza Rocha. Tooooda la diagonal caminaron adelante nuestro. En un momento, nos reímos tan fuerte, que creo que notaron nuestra presencia. Ellos cruzaron, pero nosotros no, y sin que pasaran autos, él miró hacia atrás donde estábamos nosotros. Volvió a mirarme.
Dios, necesitaba conocerlo. Era una señal. Dicen que la tercera es la vencida.
Su nombre no era Pablo, era Lautaro y lo supe porque la profesora de guion nos entregó a cada uno los trabajos. No podía creerlo, cuando lo escuché, (no me olvido más) casi grito y casi mato a mi amigo por mentirme. Obviamente, no fue intencional, porque cuando le comenté, me dijo tan amablemente - eh? Quién? Revoleé un poco los ojos, claramente no sabía de qué le estaba hablando, ni me había prestado atención. Chico capucha ahora tenía nombre pero no apellido, de la emoción no escuché. Ahora faltaba investigar, stalkear un poco, ¿Pero cómo?
No soy muy buena para eso, pero Agustina, una amiga, sí, y fue lo más gracioso del mundo. Todo con Lautaro fue gracioso ahora que lo pienso. Ese día estábamos hablando y de repente me llega un enlace al WhatsApp que decía “amame” No entendí hasta que lo abrí. No solo me apareció el nombre y apellido del chico capucha sino que estaba él, en YouTube!!! Era youtuber, no podía parar de reírme. Muy loco todo. Comencé a ver más videos y encontré uno en La Costa, donde vivía yo, más loco todavía. No lo podía creer. Al parecer, Agus fue más inteligente que yo y se fijó en la lista de la facultad, descartando los Lautaro que ya conocíamos. Toda una estrategia.
Me suscribí, puse varios mgs, y comencé a seguirlo en todas las redes sociales que encontré, (menos Facebook, en esa me agregó él) ¿Evidente? Nah. Me siguió en Twitter, me Retweetió y mi cara de repente tenía corazones. Que imbécil ¿Y ahora? ¿Qué tenía que hacer? Me fije la cuestión Hermione y todo en orden, tenía novio pero no era él. Por una foto de Instagram, me di cuenta que se trataba de la mejor amiga. Interesante. Ya me había armado toda la película.
Sin pensarlo, lo decidí. Al día siguiente, tenía que inventar algo para acercarme y hablar. Pero, como la suerte está siempre de mi lado, ese viernes faltó. ¿Esperar hasta el lunes? No, gracias. Para ese entonces me moría de la ansiedad. Y se me ocurrió una gran idea. Esa semana venía pensando en cambiarme de grupo para una de mis materias, es que ya no me convencía y Agustina me había dicho que estaba en otra comisión, en la misma que chico capucha!!! La gran excusa fue esa, hacer grupo. (Todo el lío que armé para cambiarme fue impresionante.)
Fue al otro día, lo recuerdo. Sábado 7 de mayo a la tarde, impulsiva y sin rodeos, abrí el privado de Instagram. Sí, era lo único a disposición. No se me ocurrió nada mejor que escribir “Holaa!! Necesito un favor (re cara rota ella) ah y me llamo Luciana” Mi corazón no dejaba de latir, al segundo que lo envié me sentí una completa idiota. Creo que ganaría un premio por ser directa y de paso, por haberle hecho miles de preguntas. Siempre obvia.
Su respuesta fue lo más buena onda del mundo, ya me había caído bien. Bueno, no me fue tan mal. El chico capucha terminó siendo un copado y ese día nos colgamos hablando como hasta las 4 am. Era increíble todas las cosas que teníamos en común, realmente fue muy divertido hablar con él, aunque claro, por celular. Ahora cuando lo viera, tenía que saludarlo. Después de un mes, iba a ser algo extraño…
Lunes 9 de mayo. Llegué un poco tarde a textos. Al pasar la clase, me dirigí por las escaleras a los salones de abajo, y lo vi, estaba con Hermione. ¡Tenía que hacerlo! Un poco nerviosa, pero sin que se notara, me acerqué. “Hola” si, no se me ocurrió nada mejor. Me presentó a Hermione, bueno a Luciana, ahora también tenía nombre. El mismo que yo. Coincidencia, no lo creo. Él sonreía, ella puso cara de pocos amigos, creo que me odió. Y si, quizás se imaginaba que iba a ser una pesadilla, pero no, se equivocaba, yo resultaba ser su salvación. Sin más que decir, me fui a sentar super feliz, nadie iba a poder quitarme esa cara de felicidad. Claramente, esa clase fue imposible poder concentrarse. Al terminar, fui a la próxima.
Estaba parado frente a la puerta de entrada que todavía estaba cerrada y toda contenta volví a hablarle. No podía creer que fuera tan tímido, mirara tan poco y se pusiera colorado. ¿Es el mismo chico de los vídeos? Pensé. Me daba mucha ternura, y yo tan invasiva, asustaría a cualquiera. Entramos a clase e hicimos grupo. Fue una de las mejores, sin dudas. Todavía lo recuerdo, lo miraba mientras hablaba y sonreía, y me preguntaba
¿Qué pasaría si supiera todo lo que sucedió ese mes?

Ese mes… que no me conocías.”

3 de septiembre de 2016

APRENDI

Por sobre todas las cosas...
APRENDÍ a valorar y apreciar las personas y cosas que no tengo tan cerca. 
APRENDÍ a cuidarme sola, a ser independiente. 
APRENDÍ a manejarme, a buscar siempre el mejor camino. 

APRENDÍ que si yo no lo hago, nadie lo va a ser por mí.
APRENDÍ a cumplir mis propios caprichos sin necesidad de pedir a otros.
APRENDÍ a disfrutar mi propia compañía.
APRENDÍ a mimarme y consolarme cuando estoy triste y a reír fuerte de mis equivocaciones.
APRENDÍ a puros golpes a desconfiar, a mantenerme alerta y respetar mi lugar.
APRENDÍ a seguir los benditos consejos de mis viejos, por algo lo decían, hoy entiendo todo desde otro lugar, uno más maduro quizás.
APRENDÍ a ahorrar y valorar mucho más la plata.
APRENDÍ a solucionar mis problemas más rápido, por mi misma y a ser más responsable de mis cosas y las del hogar.
DEPENDER ÚNICAMENTE DE MI.
APRENDÍ a escuchar y no dar todo de mi al segundo, a esperar y fijarme con quien tratar.
APRENDÍ a mirar con otros ojos, en un sentido más amplio, mas libre, más liberal.
APRENDÍ a escucharme para encontrarme, a intentar decir no a los demás.
APRENDÍ a seguir adelante en los momentos más difíciles, en esos que quería abandonar.
APRENDÍ (después de perder de todo) a tener más cuidado, a prestar más atención, a guardar las cosas mejor.
APRENDÍ a dejar de darle tanta importancia a las cosas materiales y disfrutar de los momentos.
APRENDÍ que hay personas de años que de un día para el otro pueden irse sin avisar, y que desconocidos se pueden convertir en personas especiales en tu vida que hasta la cambian rotundamente y no vuelve a ser igual.
APRENDÍ a quererme un poquito más cada día, a seguir mis sueños y poner mayor esfuerzo en lo que me gusta, pero también en lo que me cuesta.
APRENDÍ a utilizar mi tiempo de forma productiva (No bueno eso todavía esta en proceso)...
APRENDÍ a cocinar (y hacerme más amiga de la cocina, a la fuerza)
APRENDÍ a escucharme para encontrarme, a intentar decir no a los demás y más si a mí.
APRENDÍ a no planificar tanto, a improvisar más.
APRENDÍ A APRENDER. y eso, que esto recién empieza....
Increíble lo que cambié en tan pocos meses. Lo que se puede aprender, lo que significa y conlleva CRECER.

Querer y amar.


-“Te amo” – dijo el Principito… 
-“Yo también te quiero” – dijo la rosa. 
-“No es lo mismo” – respondió él… “Querer es tomar posesión de algo, de alguien. Es buscar en los demás eso que llena las expectativas personales de afecto, de compañía…Querer es hacer nuestro lo que no nos pertenece, es adueñarnos o desear algo para completarnos, porque en algún punto nos reconocemos carentes. Querer es esperar, es apegarse a las cosas y a las personas desde nuestras necesidades. Entonces, cuando no tenemos reciprocidad hay sufrimiento.
Cuando el “bien” querido no nos corresponde, nos sentimos frustrados y decepcionados. Si quiero a alguien, tengo expectativas, espero algo. Si la otra persona no me da lo que espero, sufro. El problema es que hay una mayor probabilidad de que la otra persona tenga otras motivaciones, pues todos somos muy diferentes. Cada ser humano es un universo. 

Amar es desear lo mejor para el otro, aún cuando tenga motivaciones muy distintas. Amar es permitir que seas feliz, aún cuando tu camino sea diferente al mío. Es un sentimiento desinteresado que nace en un donarse, es darse por completo desde el corazón. Por esto, el amor nunca será causa de sufrimiento. Cuando una persona dice que ha sufrido por amor, en realidad ha sufrido por querer, no por amar. Se sufre por apegos. Si realmente se ama, no puede sufrir, pues nada ha esperado del otro. Cuando amamos nos entregamos sin pedir nada a cambio, por el simple y puro placer de dar. Pero es cierto también que esta entrega, este darse, desinteresado, solo se da en el conocimiento.
Solo podemos amar lo que conocemos, porque amar implica tirarse al vacío, confiar la vida y el alma. Y el alma no se indemniza. Y conocerse es justamente saber de vos, de tus alegrías, de tu paz, pero también de tus enojos, de tus luchas, de tu error. Porque el amor trasciende el enojo, la lucha, el error y no es solo para momentos de alegría. Amar es la confianza plena de que pase lo que pase vas a estar, no porque me debas nada, no con posesión egoísta, sino estar, en silenciosa compañía. Amar es saber que no te cambia el tiempo, ni las tempestades, ni mis inviernos.
Amar es darte un lugar en mi corazón para que te quedes como padre, madre, hermano, hijo, amigo y saber que en el tuyo hay un lugar para mí. Dar amor no agota el amor, por el contrario, lo aumenta. La manera de devolver tanto amor, es abrir el corazón y dejarse amar.”
-“Ya entendí” – dijo la rosa.
-“No lo entiendas, vívelo” -dijo el Principito.

1 de septiembre de 2016

Dicen, me dicen...

"Es un pelotudo"
"NO LE IMPORTAS"
"Acciones y no palabras..."
"Vos harías cualquier cosa por él, te falló." 
"Aléjate de él"
"LO ÚNICO QUE HACE ES HACERTE SUFRIR."


Pero que saben ellos de todas las veces que me hiciste reír, que con una simple sonrisa solucionabas mi día, de tus abrazos, de tus simples miradas, de tus mensajes cuando estaba mal o cuando estaba aburrida o preocupada, de tu voz cuando necesitaba un aliento, de tus charlas cuando necesitaba distracción o estaba nerviosa, tus ojos, tu boca. De lo feliz que me haces solo estando cerca mío, de tus silencios cuando no hay nada que decir solo acompañar, de lo que haces por mí todos los días, de tus ganas de arreglar, de los detalles, de cada detalle. (aunque digas lo contrario)
Me demostraste por primera vez que en mi vida querés estar.
"Solo quiero que sepas que me importas, te super quiero, y no se que más hacer. Espero te haya gustado, nunca le había cantado a nadie."
Una simple canción? No, mi canción. Ahora, nuestra.
Valorar las pequeñas que hacen grandes cosas. (Eso siempre decís vos)
Pensaste en que podía hacerme sentir mejor.
Eso es lo que cuenta. Lo importante.
Tus ganas de seguir a mi lado, hacen lo posible para no perderme.
Porque errores tenemos todos.

Te perdono, porque te quiero, 
Te quiero, porque no puedo vivir sin vos.
No puedo vivir sin vos, porque me haces feliz.
Me haces feliz, porque con vos soy yo.


"Te quiere muchísimo, tanto como para no querer lastimarte ni siquiera con él mismo."

1 JULIO (de momento)

Poder incontrolable, mirada desafiante.
Te mantienes ahí, un poco distante.
No sé si es por mí, o ha caso soy yo.
No se que me pasa
¿Por qué necesito solo tu voz?
Tu alegría o tu cobardía.
No hay noches a tu lado, solo días.
Oye, bella sonrisa...
¿Quién te trajo a mi vida?
Momentos, instantes...
me gustaría volver a esos días de antes.
Que esperabas encontrarme.
Sólo para mirarme, para conocerme, para escucharme.
Ese interés se ha perdido o quizás convertido.
Siento un  vacío.
Quizás me atormenta saber, que nunca fuiste mío.
Me quedo sin aliento. En pleno desconcierto.
Quizás me hubiera gustado saber a tiempo,
que tus besos solo eran de momento.

Hoy toca soltarte la mano...

... con la que me agarraste fuerte a los seis. Sé que muchas veces lo dije, muchas veces quise sentirlo y siempre me costó asumirlo. Encontr...