10 de octubre de 2014

Vigilando desde afuera

Impredecible, casi imposible. Los minutos, las horas y los días, vuelan tan apresurados ¿Por qué tienen tanta prisa?
Al final de cuentas, se observan grandes cambios, extensos vacíos e incontables ausencias. Me sorprende lo que uno puede observar estando e interpretando de ambos lados una misma situación. Creo que haberme alejado no fue la mejor opción, pero todo sigue igual allá. Pareciera ser yo la que es diferente. El problema es que de ambas partes de este gran rompecabezas inconcluso, podría salir uno casi ideal, pero se mantienen al margen, cada mitad en su respectivo lugar, y me siento incompleta, pero a la vez culpo al tiempo de lo que me podría llegar a perder.
Falta poco para que termine esta gran etapa de mi vida, y querer disfrutar algo que se va, es difícil, resulta casi imposible no ponerse mal, habiendo tantos sentimientos encontrados, que creí que todavía no ocurrirían, o que faltaría mucho más.
Extraño algunas cosas, me arrepiento de otras, pero sigo adelante, seleccionando las decisiones que creo me posibilitan algo parecido a la felicidad.

Hoy toca soltarte la mano...

... con la que me agarraste fuerte a los seis. Sé que muchas veces lo dije, muchas veces quise sentirlo y siempre me costó asumirlo. Encontr...