Habían pasado dos meses en realidad.
Durante todo ese tiempo que no nos vimos, no hubo día en que no pensara en él.
Pero lo fingí.
Pretendí fingir, o quizás ocultarlo y dejar de darle tanta importancia.
Fue fácil mientras no nos vimos,
fue fácil encontrar distracciones y personas de momento.
Fue fácil hasta que sentí su piel de nuevo, su abrazo inigualable y su esencia especial.
Fue fácil ocultar mi sentimiento estando lejos, a distancia y permaneciendo en otro lugar.
Fue fácil mientras no veía su sonrisa suave y sus ojos impactantes.
Fue fácil mientras no escuchaba su voz dulce tan cerca.
Fue fácil hasta hoy..
Me había olvidado todo lo que generaba en mí, todas las sensaciones desconocidas que invadían mi cuerpo. Como podía transmitirme en tan solo horas una carcajada o un llanto. Porque con él me río muy fuerte, porque por él también lloro muy fuerte.
Me sentí viva, me siento feliz. y a la vez débil.
Me limité y me callé, no quería que salieran mis palabras. Esas dos frágiles palabras.
Esta vez preferí el silencio.
Porque el frío silencio inundó mi cuerpo.
Y aunque hace rato lo venia pensando y sintiendo. No lo dije. No lo pude pronunciar.
Es fuerte y no creo lo pueda soportar.
Quizás soy yo la que no quiere sentirlo, o no sabe como expresarlo.
Acaso está mal? No lo sé, pero es mejor limitarse a callar.
Acaso está mal? No lo sé, pero es mejor limitarse a callar.
Silencio.
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