24 de agosto de 2020

Hoy toca soltarte la mano...

... con la que me agarraste fuerte a los seis.

Sé que muchas veces lo dije, muchas veces quise sentirlo y siempre me costó asumirlo.

Encontrar el sentido, buscar el motivo.

Nada va a volver a ser lo que fue.  

"Fue la vida" me dijiste y yo no podía dejar de llorar, de querer abrazarte y pedirte disculpas.

Sí, a veces siento culpa.

Pero... eso no vuelve el tiempo atrás, y tampoco se puede vivir de recuerdos.

Las cosas cambiaron, ya no caminamos lado a lado. Y tengo que entender...

Toca crecer. Toca soltarte la mano.

Esa que me agarraste fuerte a los seis.



Gracias por acompañarme cuando todo se veía tan grande.

Fue hermoso verte crecer.

Gracias.

20 de mayo de 2020

...Y acá estas de nuevo, te veo en mi espejo.
Te siento en mi cuerpo, si miro mis dedos, si toco mi pelo
.




Siento que avanzas tan rápido que no puedo escapar, porque antes de aparecer, nunca me avisas. O todavía no te sé escuchar, seguro entras en puntas de pie, porque sabes que con vos no quiero estar.
Pero cuando te cansas de caminar, empezas a trotar, te queres hacer notar.
Y cuando te empiezo a sentir, comenzas a correr tan fuerte que ya no te puedo controlar, como si quisieras competir conmigo .y todavía no entiendo que podrías ganar.
Cada órgano mío, pareciera ser tu desafío, y es como si encontraras en cada uno, botones de hiperactividad, y me quisieras acelerar o activar de alguna forma, de tu forma tan peculiar.
Y yo me encuentro quieta, pero a vos te gusta moverme por dentro, empezas a tirarme letras y palabras que no sé dónde depositar, me instalas una fila enorme de hormigas que no dejan de caminar, y jugas, jugas, jugas, con mi cerebro hasta que lo desquicias.
Le das tantas vueltas a mi corazón que lo aceleras y ahí, es cuando me doy cuenta que te tengo que parar. Le das tanto envión a mi mente que no la dejas descansar, me haces tropezar, enroscar tanto que no sé cómo te puedo frenar.
Porque estoy quieta, no me muevo, y vos seguís corriendo y no haces más que recordar, que seguís existiendo y que cuando llegás, no haces más que quitar. Quitarme la paz, el sueño, mi concentración, mis ganas. Y me torturas, queres que solo pase mi tiempo pensando en vos. ¿Sos egoísta sabés? No queres hacerme bien, no queres dejarme crecer.
¿Y sabes que? No quiero pensarte, el tiempo que no estuviste, no te extrañé.
No quiero que te instales de nuevo mí, no me vas a ganar, esto no es una carrera, porque yo no quiero jugar. Me haces pensar que a toda costa tengo que llegar a la meta, que tengo que correr con vos.
No quiero, no me gusta este juego, me hace alejarme de mi, y de los que quiero, porque siento que no puedo, que con vos se hace más difícil seguir, que con vos daño y destruyo lo que quiero.
Cada vez que venís, es para problemas y siento que de la única manera que te puedo reconocer es llorando, como si esos botones que vas activando, tienen un tiempo, para que termine explotando.
Y cuando quiero sacarte, ya te apoderaste, ya te hiciste grande y cuesta más alejarte. Es como si me absorbieras por dentro...

No le tengo miedo a nada, hasta que vos llegas, y me asustas.
Lo único que puedo hacer es respirar, más l e n t o de lo normal,
para poder(te) calmar.

Y estás acá de nuevo, te veo en mi espejo.
Te siento en mi cuerpo, sobre todo en mis dedos.
Pero no quiero, no quiero que te alimentes de mí.
Quiero mantenerte lejos, 
¿Todavía no entendes que me haces mal?
Pensé que ya había quedado claro…

                                                 No sos bienvenida querida ansiedad.



                                                                       

21 de septiembre de 2018

El amor



Intentando comprender al amor, comprendí que el amor no se comprende. Que el corazón no entiende de razón, y que tampoco quiere. Que el amor tiene tanto poder y fuerza que te eleva, te mantiene en el aire y no se te despega. Que el amor hace de lo visible algo invisible, y de lo imposible algo posible. Que es tan transparente, que cuando aparece, solo se siente y te transforma. Que evoluciona con el tiempo, y algo de vos siempre se roba. Que el amor te sorprende, te enciende, y te hace hacer cosas que jamas hubieras tenido en mente. Que el amor te seduce, y te conduce a lugares infinitos, como el espacio, las estrellas y unos labios bien finitos. Que el amor es complicado, y muchas veces te hace sentir enredado, pesado y hasta un poco exagerado, pero el amor nunca es demasiado y siempre tiene una solución para esos días poco soleados, porque muchas veces el amor te lastima, pero también te cura y es la mejor medicina. Intentando comprender al amor, comprendí que el amor no se comprende. Que el amor... simplemente se siente.

12 de agosto de 2018

Nadie dijo que sería fácil...



A veces pienso porqué, porqué me encuentro acá. Y entonces comienzo a recordar... las respuestas las encuentro en el pasado. Mis pequeños pies delante del televisor y mis ojos absortos de música y danza, las voces resonando en las paredes de mi casa. Y aún, sin tener mínima idea del mundo en el que me metía, bailaba, y mi cuerpo de menos de un metro y medio, se movía lentamente vacilando algunas palabras o creyendo que cantaba, cuando todavía no podía ni siquiera hablar bien. "Jugamos a la pelota? A las cartas? Nos trepamos a un árbol?","Y si mejor no inventamos una coreo, una canción o hacemos un show?" Cuando era pequeña, solía escribir mucho, diarios completos de dibujos, poesías, canciones... Podía encontrarme en cualquier momento, esperando que me vengan a buscar, mirando la ventana, sin poder dormir por la noche o hasta duchándome, y surgía, una melodía, un paso, mi propio show; en donde el micrófono era el shampoo y el público eran los azulejos del baño o una maceta afuera, un árbol a oscuras o en interior de mi habitación. Clases de danza de todo tipo de género, algún curso de teatro y profes de canto. Al crecer, los horarios se acortaban y ya no quedaba tanto lugar, para dedicar a amigos, cumples o fiestas, como lo hacían mis compañeros, porque los ensayos ya no eran solo los días de semana, sino que también los fines de semana y las muestras no solo a dos cuadras de mi casa, ni en lugares muy... estéticos.  Pero no me importaba, porque al terminar la función, una gran sonrisa se dibujaba en mi rostro y todo desaparecía cuando escuchaba aplausos y las luces apagarse. En el escenario todo era mágico. Cuando me alejé de mi pueblo para estudiar en La Plata, cargué una mochila llena de sueños, de cuadernos vacios para colorear, escribir historias, canciones, poesías y por qué no, dibujos. Pero ya no era tan fácil como antes, me encontré con escuelas más exigentes, horas delante de la barra, esforzándome ya con cansancio y dolor, alguna que otra lágrima porque el paso no salía, días que cantaba bien y otros que no me iba tan conforme con mi voz, las improvisaciones dejaban de ser un juego, y mi mente entendía las correcciones pero mi cuerpo hacía lo que quería, me tomaba todo mucho más en serio, la bendita exigencia. Exigir, exigir y exigirle al cuerpo para que de lo mejor.
Y ahí fue, cuando me di cuenta que el placer se estaba transformando, poco a poco, en frustración de querer siempre un poco más de lo que podía dar, de compararme con otros, de ser un número en una audición, de encontrarme en un ambiente re competitivo, pasar horas estudiando y haciendo horas de viaje, subtes y trenes para tomar clases y volver. Y mi cuerpo me dijo basta, o me enseñó que a si no tenía que ser. Y se me cruzaron ideas horribles, inseguridades, dudas, esas que aparecen cuando comenzas a preguntarte si estás haciendo lo correcto, si vas a algún camino concreto, si es para vos o no... Amigos y familiares preguntándome que estudiaba, cuantos años de carrera iba y cuantos me quedaban. Y ni hablar de escuchar infinitamente "Del arte no se puede vivir" "Es para unos pocos" "Te vas a cagar de hambre" "Que pena.. con el bocho que tenes".

Y cuando pienso porqué me encuentro acá, miro atrás. Me recuerdo escribiendo una canción a los 11 sin saber de música, cantando en el baño sin saber como colocar la voz correctamente, bailando en el parque de mi abuela sin saber las posiciones básicas de ballet, o animando el cumpleaños de algún familiar teniendo apenas 9 años, sin conocer ninguna técnica de actuación. En mi primera presentación de danza a los 7 años, de canto a los 13, o cuando a los 17, se me ocurrió actuar y hacer un monólogo frente a varias personas. Me veo ahora en una obra musical para algunos espectadores en otra ciudad, disfrutando con compañeros nuevos una clase de danza, de canto o actuación, conociendo profesionales del ambiente, otras maneras de enseñar, viendo todo lo que crecí, lo que mejoré y todo lo que me queda por aprender...  
Porque cuando me pregunto por qué elegí todo esto, creo que todo esto me eligió a mí sin ser consciente. Y a pesar del cansancio, de la dificultad, de los viajes, mis propios no puedo, decido seguir eligiendo lo que algún día sin darme cuenta, me eligió a mí. Elijo dejar de pensar si es para mí, para sentirlo, para ser feliz y seguir soñando. Y quizás más o menos pronto, algún día me encontraré respondiéndole a todas aquellas personas que me pregunten "y vos Luli, de qué trabajas?" De lo que me hace feliz: el arte.



4 de octubre de 2017



No estamos solos. A veces nos sentimos solos. Y es distinto.
Vivimos rodeados de muchas personas, pero a la hora de volver a casa, caminamos por calles oscuras y nos ponemos a pensar. Nos detenemos y observamos nuestro alrededor, sintiéndonos pequeños frente a tal inmensidad.

Necesitamos a quien tenemos lejos, o a quien está lejos.
Daríamos cualquier cosa por estar simplemente estando con esa persona,entre risas y silencios.
Esa persona que al llegar a tu vida te da vuelta el mundo. Tanto que ya no es el mismo.
Se convierte en algo tan intimo que notas su ausencia, y buscas su presencia en todos los rincones.
Su compañía se vuelve una adicción y empieza a preocuparte. Porque sentís que nadie más te puede comprender ni entender de esa manera.

Necesitamos ese alguien que nos conoce. A veces más que nosotros mismos.
Compartimos tantas cosas que se vuelvo extraño que no este ahí en todo momento, para abrazarte, decirte cuanto te ama y agarrarte bien fuerte la mano.
Cualquier cosa que ves te lo recuerda. Cerras los ojos y comenzas a fantasear. 
Los planes se multiplican y no te imaginas sin esa persona en tu vida. 
Ya es parte de vos. Está en tus pensamientos, en tu mente y en un pedacito de tu corazón.




Te necesito ahora y acá.
Solo para mirarte en silencio, tocarte la mano o hacerte mimitos en el pelo.
Tu existencia trae luz a mi vida como tu sonrisa.
Te extraño, cada segundo un poquito más.
Haces falta.

Ayer, hoy y mañana.

12 de septiembre de 2017

Sos magia, sos amor. Sos mi lugar favorito.


...


...

"Yo no creo en los magos, pero si creo en la magia. En la magia que es tu mirada. Te miro y no lo creo. La magia es eso. Es ver algo y no entender como puede existir. Como puede ser. Como pudo haber pasado. Como algo tan único e inexplicable existe y está frente a vos. La magia es no encontrarle lógica a las cosas mas lógicas que existen. ¿Como es que puede ser? ¿No dicen que la magia no existe? 
Si para mí la magia sos vos."

...

Había oído hablar del amor. 
Había visto amor.
Había leído acerca de él.

...

Sensaciones fuertes. Corazón latente.
Nervios y tranquilidad a la vez. Abrazos reparadores. Mimos.
Confianza. Buena comunicación. 
Algunas peleas. Besos de reconciliación en el cuello.
 Una mano junto a otra. Labios rozando la piel.
Linda y agradable compañía. Caminar de a dos.
No querer que pase el tiempo.

Cartas. Flores. Regalos.
Simples detalles de buenas manos.

...

Estaba tan enamorada de la idea del amor. 
Que me confundí muchas veces.  
Caminando en círculos sin motivo. 
Lo buscaba y no lo encontraba. 
Ese era el gran error: buscarlo.

Infinita cantidad de besos 
para una colección sin sentido. 
Abrazos sin sabor.
No había magia. 
Solo piel.

...

Me enamoraba de personajes de películas y de libros. 
Creía que solo era parte de una fantasía o de una bella canción.
Muchas veces me preguntaba
¿Cómo se sentirá amar a alguien? 
¿Qué te generará en el cuerpo?

Y es que confundimos tantas sensaciones con el amor...

Cuando no lo conocía creía que era sufrimiento y 
lágrimas; que alguien te buscara, que estén pendiente. 
O hasta quizás, que te envíen mensajes dulces por las noches. 
Puras letras, letras y más letras. 
¡Qué equivocada estaba!

...

Ilusiones pasajeras, turistas del amor. 
Así eran ellos conmigo.
 "Enamorándose" del envase y no del contenido. 
Y yo en cada ocasión, 
pretendiendo brindar mi corazón. 

Me dejaban tan vacía cuando se iban... 
¡Cuanto dolía!
Parecía que era el puerto de una pequeña isla, y ellos eran barquitos.
Pasando a buscar lo que necesitaban, para volver a un profundo y cálido mar. 

Cada vez se llenaba de más heridas mi corazón, 
pero seguía intentando.
 Ponía curitas. 
Solucionaba por un momento.
Lo curaba porque tenía esperanzas...

Me gustaba sentir. 
Sentirme viva, 
darle amor a alguien. 
Pertenecer a algún lugar.
 Aunque sabía que era el equivocado...

...

Y de repente te ví. Brillaste para mí.
Llegaste y lo supe.
"Tenías un imán invisible, donde cada pedacito tuyo se conectaba con uno mío."

Y al pasar el tiempo, comprendí porque antes no había funcionado. 
Eras vos quien tenia que estar a mi lado.

Enseñándome que significaba verdaderamente el amor. 
Causando mucho con tan poco... 
Química, atracción.
 Tu mano y mi piel, conexión.

Mezcla de ansiedad, magnetismo, 
confianza y entusiasmo.
Ver tu risa y que no me haga daño.

Descubrirte y encontrarme a la par.
Despegándose de mí ese maldito sufrimiento.
Llenándome de besos el alma sin remordimientos.

Le hiciste tan bien a mi corazón, 
que no quiso dejar entrar a nadie más. 
Se disolvieron los problemas, 
curaste las heridas con caricias y sin penas.  

En cada rincón de vos encontré magia y buenos momentos.
Eras vos lo que había soñado todo este tiempo.

... 

Vos sos amor, sos mi lugar favorito.
Sos el destino de mi viaje infinito.

...

Escribiéndote con amor, sabiendo lo que es 
gracias a vos.

22 de agosto de 2017

Congelar el tiempo



Pausa. Sos mi pausa.
Mi escape a otro mundo, en donde solo existimos nosotros, nuestra piel y tus besos.
Tu media sonrisa, el brillo de tus ojos y tu risa que resuena aún en mis oídos.
Tus manos.
Tus caricias que me conducen a otro lugar...
Allí donde se detiene, se congela el tiempo.
Cuando me miras.
Cuando me susurras.
Cuando me tocas.
Cuando me abrazas.
Cuando te siento tan cerca que es difícil imaginarte lejos.
Se detiene el tiempo sin detenernos.
Y es mágico... estar a tu lado.

Hoy toca soltarte la mano...

... con la que me agarraste fuerte a los seis. Sé que muchas veces lo dije, muchas veces quise sentirlo y siempre me costó asumirlo. Encontr...