20 de enero de 2017

Esperar.

Luego de cada ilusión, necesito otra. Mi corazón no entiende de soledad. 
Estoy desesperando porque no quiero que otra vez me ocurra lo mismo. Los días venían calmos, sin pensar en nadie, y de pronto aparece alguien con quien complicarme. 
Como cuando vas a una tienda y te gusta algo, así empiezo a necesitar a ese alguien, como si lo quisiera comprar. Siempre encontraba la forma de conseguirlo, y más si sabía que el objeto de interés también encontraba eso en mí. Es una horrible comparación, lo sé. Pero es como una atracción magnética, que se apodera de mí, y cuando más se complica, más ansiedad invade mi cuerpo. 
Por más que me este muriendo, esta vez no pretendo buscar, tan solo esperar...

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