El destino es maravilloso, presiento que continuamente está oyéndome, realmente agradezco cada segundo vivido a su lado, cada palabra, cada sonrisa, dulces abrazos, simples silencios o nuestros inesperados análisis sobre todo aquello que nos rodeaba..
Estaba por amanecer en la playa. Nosotros mirábamos las nubes.. De repente, con su voz tan peculiar, me dice, mira:
- - Aquella nube parece un señor enojado.
Sonreí y me sentí feliz de permanecer en ese instante, de disfrutar ese momento. Sencillo, único e irrepetible.
Gracias por aparecer cuando necesitaba darme cuenta que no todo está perdido, que lo mágico puede existir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario